Tim Taffe, del running al triatlón
El 4 de febrero del 2014 un amigo me regalo una polera para correr, en ese momento yo pesaba 120 kilos, por lo que pensé que se había equivocado o que me querían decir algo, después de unos días me decidí y salí a correr, pensé que no sería tan difícil, pero a los 300 metros ya estaba muerto, al día siguiente fueron 400, después 600 y en un par de semanas logré llegar a 1 km. Un kilómetro pensé que era lo máximo, para mí un tremendo logro, desde aquí en adelante no pare más, logré los 5 kms después de unos meses, luego llegue a los 10 kms, en Septiembre de ese año fui a los 21 kms de Torres del Paine y en Marzo del 2015 entre a FRONTT.
Para ese año me había propuesto correr los 42k de la maratón de Torres del Paine, yo estaba feliz entrené todo el año para lograr esa carrera y fue increíble, ya ni me acuerdo del tiempo, pero lo que me acuerdo es que fue mucho más de lo que yo esperaba. Al llegar a la meta mi entrenador Sebastián González gritaba como un loco, mi señora y un tremendo público me estaban esperando, fue maravilloso, al terminar la carrera me proyecté en la maratón de Nueva York que era dos meses después, Seba me dijo "vamos, ya estas listo". Eso fue increíble, pero es otro cuento.
Después de mucho correr y con algúnas molestias partí nadando para relajarme y como soy medio intenso nade, nade y nade y me dije "me compro una bicicleta y vamos por triatlón" esto fue en Diciembre del 2015 y en Marzo del 2016 fui a mi primer 70.3, en el lago Llanquihue, tuve solo dos meses de entrenamiento, "no será tan difícil" pensé, y casi me morí, 7 horas y tanto, ya ni me acuerdo, lo único que sé es que salí penúltimo del total, solo le gane a una pobre señora de unos 70 años.
El 2017 y 2018 han sido llenos de carreras, los momentos más entretenidos son las pocas horas de entrenamiento en que puedo participar del equipo, ver el crecimiento de tantos compañeros y los logros de cada uno, la emoción y satisfacción de todos al terminar un desafío, cada uno en diferentes distancias, pero todo un reto y un mérito para cada uno, eso es una tremenda satisfacción para mí, realmente disfruto viendo los logros del equipo.
Cuando uno entrena en equipo tiene una tremenda ventaja, se exige más, trata de mantener ritmo más parejo y puede mejorar muy rápido, ver los reportes individuales y grupales es la motivación que me da energía y ánimo en los momentos de lata o flojera, son ese impulso que te levanta y te da ánimo para enfrentar el entrenamiento necesarios para los que estamos lejos.
FRONTT es un gran equipo, no solo deportivo también humano, se respira camaraderia y alegría, y esto lo transmite Sebastián, Christine y Carlos, un tridente de miedo.
Después de unos pocos años de deporte cambia la vida, te pones más reflexivo, más pausado, mejora tu salud, tu autoestima te da metas por cumplir, el estrés desaparece, en fin muchas cosas positivas, yo quiero seguir así, una vida sana.
Hasta ahora ya tengo historias para contar, buenas y malas, pero de todo se tiene que aprender.
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